The thin line...

A veces hago auténticas gilipolleces. Ha venido Nobauteada a visitarnos, a pasar unos días. Siento que no puedo dar más de mí. Lo estamos pasando bien (generalizo?) pero algunos momentos como ayer y hoy me encierro y lo siento por ella que ha venido hasta aquí, y yo no puedo ser yo.

Otras de las gilipolleces fueron las compras de ayer. Me entró la vena consumista, y bueno, acabé comprándome los palitos para ir a andar, y no sé por qué, si ni siquiera los quiero usar, ahora sólo quiero tirarlos a modo de jabalina. También me compré chicles de nicotina (que por cierto, están malísimos), y tampoco sé por qué, si no quiero dejar de fumar.

Las mayores de las gilipolleces, el sms que le mandé ayer, pero estaba harta por su comportamiento, por no pedirme perdón por todos los "chistes" (según ella, pero para mí no tenían ni p gracia), por desaparecer con las tías que conoció (una de ellas, de espaldas, era el doble de Siperono, y esto no sólo lo digo yo...), por ser tan buena amiga y tan cabrona a la vez. No sé qué haría ayer, y creo que no lo quiero saber (o sí, que soy muy masoca), pero se quedó sola con sus "nuevas amigas" y no tenía dinero para el taxi de vuelta a casa... así es la vida. La cara que se me quedó desde ayer creo que no tiene precio. Y cada vez que leo el mensaje que mandé se me cae el cielo.